Juan Tallón escribe con una lógica transgresora alimentada por todos los libros subrayados a lo largo de su vida. Por estas páginas discurren un compendio de columnas en los que el autor parte de la anécdota "para luego encender una pequeña luz" y en la que hay mucha reivindicación de los bares y locales de ocio.
Juan Tallón escribe con una lógica transgresora alimentada por todos los libros subrayados a lo largo de su vida. Por estas páginas discurren un compendio de columnas en los que el autor parte de la anécdota "para luego encender una pequeña luz" y en la que hay mucha reivindicación de los bares y locales de ocio.